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siempre_pendientes

Refugios

Las persianas bajadas, la puerta del salón cerrada, un bocadillo de salchichón, los zapatos fuera, los pies enfundados en los calcetines horrorosos que te regaló la abuela las navidades pasadas, una manta en el reposabrazos por si hace falta, dos cojines detrás de la espalda, el mando a distancia… Ya estoy en casa, ya estoy delante de la tele, ya estoy donde llevó horas esperando estar, ya estoy a salvo…
Me gusta el silencio, no me importa mucho lo que den, me gusta estar así.
¿Habrá gente así?

1 comentario

Joanna -

Sí las hay... Refugiarnos en un lugar silencioso y con una temperatura agradable es más habitual de lo que pensamos, y nos reconforta enormemente saber que siempre tendremos ese lugar, sea el que sea, para tomarnos un respiro y mantenernos al margen de la realidad que nos rodea y a veces incluso nos ahoga.